sábado, 4 de febrero de 2017

Reseña de La La Land: Una Historia de Amor (La La Land)

La La Land Poster en Español
Director: Damien Chazelle
Actores: Ryan Gosling, Emma Stone, John Legend, J.K. Simmons
Duración: 128 minutos
País: Estados Unidos
Año: 2016

Y yo tenía entonces
clavadas las pupilas
en el azul; y en mis ardientes manos
se posó mi cabeza pensativa...*

Con una sonrisa

¡Ah, por el polvo de oro que flotaba en el aire! Ahí, en la sala, al final de la película. Por esa secuencia de innolvidable belleza del planetario, o por aquella otra igual o superior con la que termina; por esa insistente tonada de aparente simpleza dedicada a Mia & Sebastian y por aquella dedicada a la "Ciudad de Estrellas". Por el encanto de Emma Stone en una interpretación para la historia de los musicales o por la cámara exacta y vigorosa en esos rigurosos ensambles de las escenas de canto y baile. Por esa cinematografía que apaga las luces para enfocar a las estrellas y sus tonalidades azules que evocan los sueños en una obra que logra ser un ensueño en sí misma.

Y con incertidumbre

Porque todo ese encanto y todas sus nominaciones a los premios y mi convicción de su soberbia visual no pueden distraerme del sentimiento de que en el fondo, en el fondo... Carece de suficiente fondo. O de verdadero amor entre los personajes. Además de que su alegría lo fuerza en falsa demasía a vivir por el mantra de "sigue tus sueños". Explicaré lo anterior pero primero, los personajes.

Todo se mueve alrededor de Mia, interpretada por Emma Stone, y de Sebastian, interpretado por Ryan Gosling. Ella es una aspirante a actriz que lleva seis años viviendo en Los Ángeles que mientras tanto trabaja como barista en una cafetería de un estudio cinematográfico. Él es un pianista que ama el jazz que quiere abrir su propio club para ejecutar piezas en el estilo puro del género (no le gustan las desviaciones contemporáneas ni al parecer tampoco otros tipos de música). Sus encuentros iniciales son infructuosos hasta que ella lo sorprende como parte de un grupo de pop que ameniza una fiesta a la que ella atiende. Una escena donde Emma brilla gracias a su alegría y movimientos corporales. Al atardecer, la fiesta ha terminado y ellos, al buscar uno de sus automóviles, terminan en una colina, hablan del paisaje y bailan por primera vez juntos. Así sucede continuamente. Tienen varias interacciones algo banales y nunca aparentan estar loca y estúpidamente enamorados. Más bien parece que están enamorados de sus proyectos personales. Les gusta hablar sobre sus respectivas carreras o simplemente no dicen nada (en varias escenas, separados o incluso juntos, no emiten palabra alguna) o dicen muy poco ("esta vista no es tan buena, he visto mejores"). Parecen objetos que el director usa para las piezas musicales. Donde eso me pareció más evidente fue, lamentablemente, en esos preciosos últimos momentos.

Mia consigue por fin un papel en una gran película y debe irse a rodarla a París. Él debe quedarse. Lo extraño es que jamás hace el intento por seguirla. Cinco años después se reencuentran en el bar que él ha logrado abrir y piensan (y vemos) lo que pudo haber sido su vida si hubiesen permanecido unidos. ¡Oh! pero su melancolía no me convence ¿en tanto tiempo ninguno de los dos pudo tomar un avión para verse o tratar de que la relación siguiera?

El optimismo también es causa de escrutinio. Se altera hasta que Seb decide tomar un empleo en un grupo de música popular y parece que abandona el deseo del jazz y su chica se lo recrimina. De aquí surge la gran pelea. Sin embargo, la misma película dice que él ganará un montón de dinero por ese trabajo. ¿Su proyecto no puede esperar dos años mientras junta fácilmente el capital al ser miembro de ese grupo? ¿En la vida real no debemos, en general, pasar por otros trabajos antes del realmente deseado? ¿Seguir ciegamente a mis anhelos es, verdaderamente, lo único que debo hacer?

Sobre la cima 
de un monte, a medianoche, 
me mostró las estrellas encendidas. 
Era un jardín de oro 
con pétalos de llama que titilan* 

¡Yo sé que no! Y sé que eso es una simpleza gringa y quiero que mi intelecto sea más estimulado y no quiero encontrar peros (porque puedo mencionar otros) y ba-ba-da-ba-da-ba-da-ba-ba. Más debo rendirme. Tengo que reconocer una maravilla. Chazelle definitivamente hizo una. Desde que introduce su musical. Autos en la carretera oyen diversas estaciones de radio, de pronto una pasajera empieza a cantar y de los autos salen las personas y se le unen. Cientos de actores con pasos al unísono junto a una cámara que no corta y viene y va sin problemas entre y sobre los coches. Poco después Emma y sus amigas se preparan para una fiesta y hacen que una coreografía dentro de un departamento parezca fácil y en la recámara de la protagonista hay un afiche que después será recordado. Ya en la celebración cae nieve dentro de un edificio y la cámara se zambulle y sale de una alberca ayudada de un clavadista sin mayor esfuerzo. Antes pone una escena en la cafetería donde trabaja la protagonista que usará después como un eco hacia el final. Y apenas empieza. No para. Continuamente da muestras de su maestría y hay un montón de escenas memorables. Al final sencillamente está la certeza de haber visto algo verdaderamente bello e imperdible.

El hermoso tema de Mia & Sebastian une secuencias de bella forma y nunca está demás siempre que se le llama. Emma y Ryan son la pareja perfecta. Toda la ropa luce justa para quien la usa y complementa a los personajes. Dos canciones se ganan el lugar en el panteón de los musicales y las otras composiciones de Justin Hurwitz son un buen complemento, todo suena claro y bien mezclado y la edición es un excelente director de orquesta oculto que hace que el baile sea posible. ¡Cómo olvidar a la cinematografía con esos azules! Esos horizontes lavanda, aquellos otros colores brillantes, esa única luz que ilumina después de apagar todo lo demás o esas largas tomas que ayuda a crear al director. Empero, es el diseño de producción y el esplendor que logra en los sets que compone quien ya obtuvo su lugar entre los mejores de la historia.

Me mostró las estrellas encendidas, ese jardín de oro de pétalos de llama que titilan. Y yo tenía entonces, clavadas las pupilas, en el blanco; de la página que escribía, y en mis ardientes manos se posó mi cabeza pensativa... ¡Ah! ¡No pude! ¡No pude! Decir que era perfecta; aunque quería.

9.5/10


* Extractos de "Autumnal" de Rubén Darío

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