Actores: Tilda Swinton, Tom
Hiddleston, Mia Wasikowska, John Hurt
Duración: 123 minutos
País: Estados Unidos
Año: 2013
Es su afición por la
literatura, su piel pálida, el hecho de que vive de noche y de que lee en
varios idiomas como si no hubiera nada mejor que hacer, es su cabello largo, el
poder de su tacto, la selectividad que tiene para hacer amigos, sus lentes
oscuros, la forma en que sorbe su bebida preferida cual droga esclavizante y su
actitud positiva y relajada al saber lo que es realmente importante en la vida,
es su sabiduría y confianza, es que recita:
El amor no es juguete del tiempo, aunque el carmín de
labios y mejillas
caiga bajo el golpe de su guadaña;
el amor no se altera con sus cortas horas y semanas,
sino que todo lo resiste hasta el final de los tiempos.
Si estoy errado, y que eso se pruebe,
yo nunca he escrito, ni ningún hombre ha amado.
caiga bajo el golpe de su guadaña;
el amor no se altera con sus cortas horas y semanas,
sino que todo lo resiste hasta el final de los tiempos.
Si estoy errado, y que eso se pruebe,
yo nunca he escrito, ni ningún hombre ha amado.
Es que colecciona guitarras
antiguas, las Gibson, las Gretsch, las Hagström o las Silvertone, es que además
sabe tocarlas como también toca el violín y otros instrumentos pulsados, es su
colección de discos de acetato y sus composiciones de música fúnebre, son sus
gruesas cortinas para impedir el paso de la luz solar, es que le gusta Bruce
Lee, Edgar Allan Poe, Johann Sebastian Bach, Oscar Wilde, Nikola Tesla, Isaac
Newton o Jack White, es su desprecio por casi todas las personas que no saben
apreciar el mundo y que son unos “zombies”. Es que eso hace que me enamore de
ellos. La primera se llama Eva, el
segundo se llama Adán. Son unos vampiros.
¡Los hijos de la noche con más
onda que se puedan imaginar! Amantes de las artes y las ciencias pero no tanto
de convertir a simples mortales en alguien como ellos (son demasiado
sofisticados para eso). Quien busque aquí el terror, quedará muy decepcionado.
Son 123 minutos de convivencia con dos personas sumamente interesantes que como
tienen toda la eternidad por delante, no se apresuran en hacer mucho.
Esposos. Una vive en Tánger,
Marruecos, el otro vive en Detroit, Estados Unidos. Ella tiene como amigo a no
otro sino al verdadero genio detrás de Shakespeare, Christopher Marlowe; él usa
a un joven para conseguir lo necesario para hacer música y de vez en cuando
visita -disfrazado de “Dr. Fausto”- a un galeno de un hospital que le consigue
un poco de ese elixir conocido como “O negativo”; no obstante que la vida
fluye, él se deprime y ella decide viajar y hacerle compañía.
Tilda Swinton interpreta a
Eva cual criatura sobrenatural de la vida real que no hace ningún esfuerzo, es
perfecta en el papel y es muy agradable verla buscar el lado alegre y juguetón de
la existencia frente a su melancólico
compañero, un Tom Hiddleston que la complementa muy bien y que luce muy cómodo
enfundado en su chaqueta de cuero como roquero independiente que no busca la
fama. Ella es la parte positiva, él la negativa, lo mismo podría decirse de los
lugares en los que viven. Tánger es luminoso y prometedor; Detroit es la imagen
de lo que los hombres hicieron mal y donde ya no parece haber futuro.
Es argumentable, además, que
ellos son sobrevivientes (sólo los que han quedado/quedarán) de su especie y
del paso de los siglos porque no sólo se aman entre ellos, sino porque han
encontrado a amar aspectos que la vida ofrece que las personas normales y
“vivas” ni siquiera toman en cuenta. Y se renuevan constantemente. Hacia el
final de la película, el músico parece cautivado por un nuevo espíritu creador
que encuentra en un bar de Marruecos (y una nueva “guitarra”) y es hasta ese
momento que buscan obtener sangre revigorizante mediante una forma primitiva y
directa que libera los instintos.
Pero hay personas de las que algunos no entienden como es que otros se enamoran. Si la actitud artística alternativa parsimoniosa de intelectuales algo esnobs con sus diálogos llenos de referencias no hacen conexión con ustedes, esto no les va a gustar. Porque esto es sobre ellos. Hay poca tensión, no hay muchas acciones relevantes, deja algunas preguntas sin resolver y sobre todo en los últimos minutos puede parecer lenta.
Pero hay personas de las que algunos no entienden como es que otros se enamoran. Si la actitud artística alternativa parsimoniosa de intelectuales algo esnobs con sus diálogos llenos de referencias no hacen conexión con ustedes, esto no les va a gustar. Porque esto es sobre ellos. Hay poca tensión, no hay muchas acciones relevantes, deja algunas preguntas sin resolver y sobre todo en los últimos minutos puede parecer lenta.
Ese no fue mi caso, conmigo,
hicieron que el universo diera vueltas.
9.0/10
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