Director: Jonathan Liebesman
Actores: Megan Fox, Will
Arnett, William Fichtner
Duración: 101 minutos
País: Estados Unidos
Año: 2014
Otros queridos personajes de
la infancia de muchas personas sucumben ante el Destructor hollywoodense al ser
tratados sin respeto, lógica, atención, cuidado o cariño en la búsqueda del
dinero veraniego de jóvenes vacacionistas.
Si la mejor amiga de las
tortugas, Abril O’ Neil, personificada
por Megan Fox con cabello negro y largo (muy distinta a la original) es el
menor de los pecados, entonces hay un grandísimo problema. Ese es un detalle
estético que, aunque importante, puede pasarse, y sí, la actriz es limitada,
pero increíblemente, parece ser el humano más entusiasmado con su trabajo,
sobrelleva su rol e innegablemente encanta los ojos de los espectadores. Lo que
no puede permitirse es que las Tortugas Ninja hayan sido utilizadas de tan fea
forma. Lo importante era resucitarlas en el mundo cinematográfico como fuese, y
después, el dinero caería solo (como parece ha pasado).
El relato apenas y tiene rumbo,
nada de lógica. Aparecen las protagonistas, después las descubren, algo de
explicación, sale el malo, el plan del malo y después, peleas y peleas. En esa
secuencia simple, hay un montón de huecos narrativos. “¿Por qué pasó eso? ¿Por
qué no pasó aquello? O ¿Por qué hacen eso?” son preguntas que me hice
constantemente. Ni siquiera las secuencias de acción son tan buenas. Sin antes
despertar interés por ellas o dejar respirar, se filman con una cámara muy
rápida que pocas veces deja apreciar bien lo que pasa y algunas partes de ellas
también carecen de sentido. Sólo cuando hay momentos moderados y los héroes lucen relajados hay momentos rescatables, pero otra: hay un intento paupérrimo de desarrollo de personajes.
De hecho, parece que dijeron: “Cada tortuga usa una banda en la cabeza de
distinto color y un arma diferente… Con eso basta.” ¡Aunque sean tortugas,
tienen personalidades, señores realizadores! Y no, que Miguel Ángel diga algunos
chistes con diálogos cortos y que Donatello use lentes no es suficiente.
Lo peor de todo es el tono serio y carente de jovialidad; algo que pude despreciar mejor al ver
la película en una sala llena de niños. Se necesitaban más risas, colores
brillantes, interacciones tal vez tontas pero agradables, buenos momentos de
los cuatro personajes, tratamiento de la personalidad de cada uno y después,
sólo después, vencer a un tipo malo que amenazara el mundo (pero que no diera
miedo). En cambio, casi todos siempre tienen el rostro adusto; hay
encadenamientos sádicos con sangre incluida; en una secuencia lúgubre en las
alcantarillas acompañada por aciaga música hay demasiada violencia y casi, un
asesinato; la tortuga, Rafael, no puede llevarse bien con sus hermanos y suele
estar enojado; prácticamente no hay escenas largas con los cuatro hermanos
pasándosela bien y el tipo malo ahora tomó esteroides y es una máquina criminal
que quiere acabar con todos.
Antes de la inevitable
próxima vez, ejecutantes, póngase a ver las caricaturas.
2.5/10
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