Actores: Benedict Cumberbatch,
Keira Knightley
Duración: 114 minutos
País: Reino Unido
Año: 2014
Alan Turing (Benedict
Cumberbatch) es un genio matemático que quiere trabajar con el ejército
británico durante la Segunda Guerra Mundial para descifrar un código nazi
impenetrable. No sabe alemán, tampoco sabe convivir con las personas. Eso no
importa. Obtiene el empleo y toda nuestra atención mientras logra lo que nadie
había podido, aprende a llevarse con la gente, muestra su genialidad y revela
otros secretos o se inmiscuye en ellos sin quererlo en una pulcra y divertida
película de espías.
Basada en hechos reales, el
principal objetivo es lograr decodificar la configuración de la máquina de
comunicación alemana “Enigma”. Un aparato con millones de millones de
posibilidades y una sola respuesta que se cambia cada 24 horas. Turing es
asignado a un equipo de trabajo para la tarea pero inmediatamente los desestima
diciendo que ellos “sólo lo retardarían”. Es grosero y hasta tonto cuando tiene
que hablar con otros pero extrañamente llega a ser muy divertido y nunca cae
mal. Cumberbatch lo interpreta muy bien y muestra una gran gama de emociones y
una transformación de carácter necesaria. Puede ser obstinado y engreído,
vulnerable y temeroso o apasionado y brillante. Lo acompaña de buena manera
Keira Knightley en el papel de Joan Clarke, una mujer que por supuesto, no sólo
lo ayudará en su tarea intelectual y que no se intimida por el ingenio de él.
Es “con una pequeña ayuda de
mis amigos” lo que el hombre solitario debe aprender, sólo que no es el único apoyo
que recibe y quien se lo da, de nombre “Christopher”, es ahora también un compañero
de muchos de nosotros en el mundo actual; muy interesante saber como es que
nació.
No obstante, la obra se toma varias
libertades históricas. La más dañina es el hecho de que Alan parece haber
logrado demasiado sin el trabajo de otros. Aunque hay más para quien se quiera
adentrar a investigar.
La historia de “Enigma”, no
es la única, se ameniza (e incluso se beneficia) de viajes al pasado del joven Turing
y su difícil vida en la escuela por ser “diferente” y de instantes de su futuro
después de la guerra. Es una estructura bien ensamblada por el director que nos
adentra mejor en la personalidad del matemático. Sin embargo, hay un claro
objetivo principal y cuando éste se cumple la obra pierde ímpetu y se alarga un
poco.
La dirección también me gustó
por encuadres de un ritmo tranquilo y poco protagonismo; además de que cuida
muy bien la ambientación y no olvida recordarnos que estamos en medio de la
guerra. Igualmente, me agradó la música original a cargo de Alexandre Desplat,
me recuerda su trabajo en “El Discurso del Rey” pero ahora también se impregna
de la personalidad analítica del protagonista.
Turing ideo una prueba llamada "el juego de la imitación" para saber si una persona estaba frente a una persona o una
máquina, últimamente, Cumberbatch parece ser una de éxitos.
8.5/10
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