Director: Noam Murro
Actores: Eva Green, Sullivan Stapleton
Duración: 102 minutos
País: Estados Unidos
Año: 2014
La guerra se lucha en el mar.
La mala bien buena es Artemisia (Eva Green). El bueno medio malo es Temístocles
(Sullivan Stapleton). El gozo, violento y todo, es mío.
Especie de secuela a la
exitosa 300 del año 2006, la película está basada
en la novela gráfica (“cómic” en términos simples) Xerxes, de Frank Miller, aún no publicada, y es producida y escrita
por el director de la original: Zack Snyder (Watchmen, Man Of Steel). En el primer filme, el rey de Esparta,
Léonidas, hace frente a la fuerza invasora terrestre del rey Jerjes I en el
combate de las Termópilas durante la Segunda Guerra Médica; en esta ocasión, el
general ateniense, Temístocles, comanda a los navíos de Grecia en la batalla de
Salamina (principalmente). Sus fuerzas son superadas en gran número y muy
probablemente se dirige a una muerte hermosa.
Final difícilmente más seductor
que en la profundidad de los ojos azules de la extremadamente hermosa y todavía
más temible capitana de la armada del rey de Persia: Artemisia.
Griega de nacimiento, tras un traumático pasado se une al imperio del rey Darío
y se convierte en la generala con más poder y destreza. Fascina. Es la más hábil
con las armas, la más feroz en la pelea y la más respetada entre su ejército.
Además, podría dominarte a través del sexo. -¡Qué lo intente conmigo!-. Es un
villano memorable que gana simpatías. Yo quería que ganara ella.
Probablemente porque
Temístocles nunca se muestra tan fuerte y las supuestas razones por las que
pelean contra Persia son patéticas: “Al emperador Jerjes no le gusta la
libertad de los griegos” (¡jajaja!)… o algo así. Los demócratas pelean contra
el tirano dios-rey y los morenos del este… No, no, no. Propaganda gringa metida
a la fuerza en un ambiente innecesario. El verdadero contexto histórico abría
ayudado. También me confundió porque no siendo experto en la materia pensé que
si la ciudad de Atenas caía los “buenos” perdían. Por ese motivo, el final parece
que llega varias veces antes de lo previsto y los héroes lucen de nuevo débiles.
Una explicación de quién tenía que vencer a quién y cómo (hasta de la geografía
del lugar) era necesaria. Más Historia, caray.
No hay tiempo entre tanta
pelea. Una tras otra casi sin interrupción con la ayuda de una ilusión
computarizada muy bien hecha y una 3D que sí le agrega valor. Cientos de barcos
en un mar embravecido chocan antes de que escudos, lanzas y espadas hagan
saltar la sangre en cámara lenta en peleas muy bien coreografiadas e imaginativas.
Puede ser demasiado. Los videojuegos me han hecho inmune al líquido rojo que
brota de los personajes cuando son heridos y en México hay descabezados
verdaderos varías veces al mes, pero aún así, por momentos era mucha sangre.
Aunque antes de ir al cine ya
sabía que tendría galones. Iba por la acción y jamás me decepcionó. Además, acabé
enamorado. Ni la Libertad, ni Atena, ni Jerjes: Mi diosa es Artemisia. ¡Oh lord yeah!
8.0/10
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