Director: Luis Mandoki
Actores: Greysi Mena, Joaquín Cosío, Angelina Peláez
Duración: 116 minutos
País: México
Año: 2012
Otra más de esas películas mexicanas
con desnudos, sexo, narcotráfico, corrupción y violencia, ¡pero!, a diferencia
de las demás, aquí hay profundidad, mesura, motivos y hasta elegancia. Nada de
lo que muestra es gratuito o sirve para impresionar. Es un buen filme.
Basada en la novela La mara (2004) de Rafael Ramírez Heredia y producida por Abraham Zabludovsky,
nos sitúa en un pueblo cerca de la división entre México y Guatemala para
contar la historia de Sabina Rivas (Greysi Mena), una adolescente hondureña que
trabaja en un prostíbulo cuyo sueño es llegar a Estados Unidos y convertirse en
una gran cantante. Esa ilusión vive en un entorno temible muy bien representado.
La chica no puede cruzar la frontera en tren porque se arriesga a ser víctima
de la cruel pandilla de la mara salvatrucha, no tiene papeles legales para
pasar la inspección migratoria custodiada también por agentes estadounidenses, los
policías están asociados con los delincuentes, su madama está asociada con los
representantes de la ley y un pandillero tiene que ver con su pasado. Menudo
lío, muy interesante planteamiento. Situación lamentablemente más que verosímil
para problemas que pocas veces se tocan; el infierno está con la migra gringa, no aquí, aquí no se trata mal al migrante y se protege a la
mujer…
Cruel realidad la que nos
recuerda pero que con la dirección de Luis Mandoki (Voces Inocientes, When A Man Loves A Woman) sabe que tanto mostrar.
Sugiere sexo, no lo muestra. Hay muerte, pero no hay sangre saliendo a
borbotones después de una cuchillada. Se dicen groserías pero no dan la
impresión de ser omnipresentes. Y hay momentos de silencio que hablan. Cómo
cuando Sabina sonríe bailando en un videojuego, o en mi escena favorita, cuando
ella por fin sale del burdel para cantar en una casa y nadie le presta
atención. ¡Notable, sobresaliente!
Además, este mundo luce vivo,
lleno de color y acción. El río Suchiate hierve de balsas, por el paso
carretero cruzan muchos autos, el agua brilla con los rayos del sol, migrantes
suben o caen del ferrocarril, un avión desciende en una pista alumbrada con
fuego y las velas alumbran un altar donde rezan refugiados. El ritmo nunca se
arrastra tampoco, aunque no es frenético. Con buenas actuaciones de Joaquín
Cosío como el agente Burrona, de
Angelina Peláez como Doña Lita, la dueña del prostíbulo que no es tan mala y,
por supuesto, de Greisy Mena, que aprendió a usar un acento centroamericano y para
quien el trabajo debió ser físicamente demandante, pero con quien sucede algo
extraño.
Sabina puede llegar a
sentirse como un personaje débil. Tal vez porque desde el principio sabemos que
la va a pasar terrible y porque siempre está reaccionando contra todas las circunstancias
en su contra. Le suceden tantas cosas malas que “dejas de creer”. Y ella sufre
y sufre, pero casi no actúa, es sólo una víctima y no parece tener poder para
cambiar su situación. ¿Cómo involucrarse con alguien que no puede hacer nada
para no tener una vida breve?
9.0/10
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