Director: Steve McQueen
Actores: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Lupita
Nyong’o
Duración: 134 minutos
País: Estados Unidos
Año: 2013
¿Cómo obtenía su libertad un
negro en Estados Unidos antes de la abolición de la esclavitud?, ¿quién le
enseñó a tocar el violín?, ¿cómo formó una familia?, ¿dónde vivían además de en
Nueva York?, ¿cuántos eran? Son sólo algunas de las preguntas iniciales que
quedaron sin respuesta después de ver este filme adaptado del libro
autobiográfico 12 Years a Slave de
Solomon Northup, publicado en 1853.
Lo que deciden contar es la
durísima travesía que soportó este hombre después de haber sido engañado y
perderlo todo. Interpretada excelentemente por Chiwetel Ejiofor. Con sólo una
mirada expone miedo o tristeza, se muestra controlado mientras hierve por
dentro y cuando alza la voz entiendes por qué lo hace. Eso entre los muchos golpes físicos y psicológicos que recibe de sus
varios dueños blancos. Sobre todo de Edwin Epps, un amante del látigo,
alcohólico, neurótico y sadista interpretado con potencia por Michael
Fassbender. A él le gusta su esclava Patsey, a quien no la deja usar jabón y
hace sufrir hasta la desesperanza, que plasma muy bien Lupita Nyong’o.
Todos dirigidos por el
británico Steve McQueen (no tiene que ver con el actor) quien tiene un cuidadoso
manejo de la luz y de la sombra, y hace composiciones visuales muy
interesantes. Como ese rayo de luz que atraviesa una celda e ilumina el cuerpo
de un preso o esos hombres que no se atreven a salvar a otro que está colgando
de la rama de un árbol. Cuida el vestuario, también. El de decenas de
subyugados con harapos desgarrados o el de personas ricas con sus trajes elegantes.
Ricas vestimentas que muchos
compran con la sangre que salta debido a los latigazos que propinan. Y dan
muchos. Tal vez demasiados. En pantalla hay abundantes minutos de crudeza sin
descanso, evita momentos de alegría que en el libro se dan cuenta que llegaron
a ocurrir. Donde además se describen algunos hombres que no eran tan malos y que
el mismo autor alaba. Que recuerde todos los blancos del sur son personas malas
y los tipos buenos son del norte, en especial uno de Canadá quien ayuda en la
resolución de la historia. En la cual hubiese sido interesante saber el proceso
legal para rescatar a alguien. Sin embargo, como eso no es sufrido, no tiene
azotes o quién sabe por qué, no se muestra. Una resolución demasiado rápida
para un personaje que no llegas a conocer completamente. Sobrevive, pero, ¿a qué se
aferraba? ¿Cuáles eran esos momentos que le daban fuerza? ¿En qué creía? Me
hubiera gustado saberlo. Sólo lo vi sufrir y recuperar su libertad.
8.5/10
No hay comentarios.:
Publicar un comentario